Actualmente, el 73% de que estudian y trabajan fueron afectados por el cierre de escuelas y universidades, de acuerdo a cifras de la OIT. Además, solo el 18% de ellos pudieron continuar sus estudios en línea debido a la falta de ingresos económicos. Para Jonathan López, director de alianzas estratégicas de Forge Perú, la salud mental y el empleo han sido los sectores más golpeados por la propagación del coronavirus. 

“Estamos frente a un contexto muy duro a nivel mundial. Necesitamos el apoyo de la empresa privada y del gobierno para establecer mecanismos de capacitación y apoyo a nuestros jóvenes que tanto nos necesitan. Este impulso puede significar la autonomía y preparación para sobrevivir a esta crisis en salud, educación y empleo”, sostiene el especialista.

Entonces, ¿cómo podemos apoyar a nuestros en estas épocas de pandemia? López recomienda que el trabajo de las empresas, el gobierno y las instituciones sin fines de lucro pueden preparar a los para el fuerte contexto producto del COVID-19.

Educación emocional y técnica

Las habilidades blandas o socioemocionales toman mayor relevancia para reforzar la parte interna de cada joven como: la capacidad crítica, autoconfianza, la comunicación, el trabajo en equipo son algunos aspectos que se pueden brindar para los y las . La capacitación técnica los ayuda a conocer las nuevas tecnologías que están surgiendo en el mercado, haciéndolos más atractivos para ser contratados por las empresas.

Empleabilidad

Este contexto impulsa a que más empresas puedan apoyar a la contratando a jóvenes con o sin experiencia a través de un buen proceso de capacitación y mentoría, abriendo plazas según sus capacidades para seleccionar a listos para iniciar su primera experiencia laboral y que necesitan obtener ingresos. Esto generará mayor autonomía económica y podrá ayudarlos a afrontar la dura crisis que estamos viendo.

Financiamiento

Las empresas tienen un rol fundamental para poder cofinanciar programas de capacitación para becar a que no tienen la oportunidad de seguir una educación de calidad debido a que muchas instituciones están cerrando por la pandemia o que simplemente no les alcanza el dinero para cubrir sus gastos educativos. A través de un área de responsabilidad social o mediante donaciones, se pueden establecer nuevos mecanismos de ayuda para los jóvenes que lo necesitan.

Fortalecimiento de la autonomía y la resiliencia

Uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan los y las de hoy es sentir que, al no tener recursos, no son capaces de emprender sus sueños. Por ello, es importante desafiarlos a salir de su “zona de confort” y descubrir sus recursos personales para hacer realidad sus proyectos de vida. En este proceso pasan de sentirse víctimas a protagonistas de su propia historia y confirman que está en sus manos la posibilidad no solo de generar cambios internos, sino de impactar positivamente en su entorno.

Espacios de escucha

Es esencial que, en esta coyuntura, cuenten con un espacio fundamental para la expresión auténtica de sus emociones, sin sentirse juzgados o cuestionados. Como parte del proceso de desarrollo de habilidades blandas, los se van haciendo conscientes de sus emociones y aprenden a comunicarse de forma asertiva, en un ambiente de escucha, aceptación y cuidado.