Si es un que recién está comenzando, es probable que una de sus principales dudas sea qué precio ponerle a su producto o servicio. Esta definición es clave, ya que le puede otorgar ganancias o grandes pérdidas, dependiendo si lo hizo bien o no. Para que esto no sea un problema le recomendamos cinco aspectos que debe tomar en cuenta al momento de establecer un precio.

1. Calcule su costo de producción

¿Es sencillo de realizar o requiere de mucho esfuerzo? Pregúntese esto al momento de limitar un precio. Además, tome en cuenta sus costos fijos como el gasto de la luz eléctrica, alquiler, sueldo de trabajadores, entre otros; así como también sus costos variables como mano de obra, comisiones por ventas y la materia prima de su producto. Así pues, el precio de su producto deberá cubrir mes a mes todos estos puntos para que al final usted no salga perdiendo.

2. Identifique a su público

Es importante que conozca a quiénes está vendiendo, dónde están, qué edad tienen y si están dispuestos a pagar un precio alto o bajo por su producto. Una vez tenga esta clara información, se le hará más sencillo establecer un precio sin preguntarse si alguien estará dispuesto a pagar por él.

3. Estudie la oferta de sus competidores

No solo sus clientes mandan en el precio de los productos, su competencia directa también juega un papel importante en ese aspecto. Por ello, analice el precio que actualmente ofrece la competencia y observe si eso le genera una buena cartera de clientes. Si es así, lo mejor será ajustar el precio a esa tarifa inicial.

4. Evalúe su propuesta de valor

Luego de tener un precio base, es momento de decidir si el precio de su producto debe subir o bajar. ¿Cómo? Tomando en cuenta si ofrece un valor agregado sobre la competencia; es decir, ese beneficio adicional que lo diferencia de los demás y hace único a su producto o servicio. Con ello, no se quiere decir que exagere e infle el precio, sino que valore su trabajo y esfuerzo.

5. Establezca el margen de ganancia

En este punto debe ser sincero consigo mismo y a la vez realista. Es probable que al inicio del emprendimiento tenga un porcentaje de utilidad muy bajo, pero es crucial que este se incremente con el pasar del tiempo, experiencia y cantidad de clientes. El punto es que encuentre un equilibrio con el que se sienta a gusto. Por ejemplo, puede empezar con objetivos sencillos como recibir un 30% de margen de utilidad por tal producto o servicio.