La historia del nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, en el Callao, empezó ayer a escribirse al abrir sus puertas de manera oficial en medio de festejos, reencuentros familiares y también problemas por resolver.

Aunque el despegue y arribo de vuelos estaban programados a partir de la 1:00 de la tarde, los primeros viajeros llegaron a sus instalaciones muy temprano por el único acceso: la avenida Morales Duárez.

Según la Defensoría del Pueblo, cuyo personal supervisó esta inauguración, la falta de señalización en el cruce de esta vía con los puentes que conectan al aeropuerto obligó a los autos a detenerse para consultar las rutas de ingreso.

“BAUTIZO”. Tras una pausa de doce horas, en la que mudaron más de 50 aeronaves, el moderno terminal recibió a las 12.59 de la tarde su primer vuelo proveniente de Madrid, España. Una vez que el avión de la empresa Iberia tocó suelo peruano fue “bautizado” con un simbólico cruce de aguas.

Uno a uno sus pasajeros descendieron de la nave y, tras pasar la puerta de desembarque, recibieron regalos de la mano de un ciudadano que lucía traje cuzqueño y los hizo bailar danzas peruanas.

“(El aeropuerto) está al nivel de aeropuertos de Europa y Estados Unidos”, dijo el peruano Sebastián Iglesias, quien cruzó primero esta área del terminal. La misma opinión tuvieron españoles como José Ignacio, quien resaltó “su modernidad”.

DEFICIENCIAS. En el nuevo aeropuerto, comenzaron a darse reencuentros familiares como el de Román Quito y su pequeño hijo, quienes se vieron después de año y medio; o el de un hombre que acudió disfrazado de capibara para sorprender a su sobrina.

Tras el vuelo de Madrid, se sumaron otros procedentes de Chile y Panamá, mientras que el primer vuelo en despegar desde el novedoso terminal lo hizo con destino a Atlanta, Estados Unidos.

Conforme el recinto se llenaba de pasajeros que iban y venían, empezaron a surgir problemas, como las interminables colas en el control migratorio pese a las medidas tomadas por Migraciones, y la falta de orientación para el recojo de maletas.

También hubo problemas para quienes esperaban abordar buses AeroDirecto pues demoraban de 20 a 30 minutos poder subir a uno, lo que también generó largas filas.

Hoy la situación podría ser más crítica, como lo ha advertido la Defensoría del Pueblo, debido a que la avenida Morales Duárez y los puentes pueden colapsar por ser estrechos, perjudicando a miles de pasajeros.

OJO AL DATO. El antiguo aeropuerto cerró sus puertas con un apagón simbólico y el último pasajero llegó tarde y casi no viaja.

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