Brunéi, uno de los países islámicos más estrictos del mundo, ha decidido cambiar las leyes y castigar con pena de muerte la intimidad entre homosexuales. Luego de dicha medida, los grupos de defensa de los derechos humanos han pedido a dicho país retire las leyes adoptadas.
Hace muchos años, la homosexualidad era considerada una infracción y se castigaba con 10 años de prisión. Ahora dicho "delito" podrá llevar a la muerte a los musulmanes.
Del mismo modo, decidieron que los robos se castigarán con la amputación de una pierna o un pie. Se conoce que al delincuente se le amputará la mano derecha cuando sea encontrado la primera vez, si vuelven a capturarlo robando le cercenarán el pie izquierdo.
Por su lado, Rachel Chhoa-Howard de la Amnistía Internacional ha pedido que se detengan estos cambios de leyes y que el código penal cumpla con los derechos humanos. "Ni siquiera debería considerarse crímenes, incluido el sexo consensual entre adultos del mismo género", comentó.
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