El suboficial PNP Pablo Gregorio Baltazar Sánchez, quien recibió un balazo en el rostro al enfrentarse a delincuentes venezolanos que asaltaron a una cambista la tarde del miércoles, en el distrito de San Borja, fue sometido ayer a una operación para intentar salvarle la vista, debido a que la bala comprometió ambos ojos.
“(El proyectil) ha dañado la parte baja del hueso cráneo, donde van los ojos. Eso es lo que hoy (ayer) van a tratar de desinflamar. Él está estable, es consciente y conversa, pero balbucea”, señaló el director general de la Defensoría de la Policía Nacional, Gustavo Ramírez de la Cruz.
Como lo había adelantado el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, la autoridad policial indicó que el valeroso efectivo se encuentra estable; sin embargo, aún está en estado de shock y necesitará una reconstrucción facial.
Por ello, su esposa junto a su bebé han sido trasladadas a un lugar cercano a la clínica donde viene siendo atendido.
MEDIDA. Baltazar Sánchez sostuvo que la Policía ha pedido prisión para los dos extranjeros intervenidos tras la persecución y balacera.
“La prisión tiene que darse porque los delitos que han cometido son graves. Tienen tenencia ilegal de armas, tentativa de homicidio, varios delitos al margen del robo de la cambista, que fueron 32,500 soles y que después fueron recuperados por la Policía”, precisó.
Ayer se conoció que tres ladrones venezolanos, de los cuatro que asaltaron a la cambista, fingieron ser obreros y para no despertar sospechas usaron chalecos y cascos.
Una cámara de video vigilancia de la Municipalidad de San Borja, minutos antes del atraco, captó al delincuente abatido, vestido con chaleco verde fosforescente, casco celeste, mochila, lentes y con un paquete en la mano en la calle donde están los comerciantes de moneda extranjera.
También se captaron a otros dos hampones con chalecos naranja. Uno de ellos a pie y el otro en moto recorrieron la zona del atraco. Mientras que un cuarto ratero, en una segunda moto, también se desplazó por la zona del asalto.
OJO AL DATO. Un sereno que patrullaba los alrededores de La Rambla alertó sobre la presencia sospechosa de los falsos trabajadores.
