A pocos días de la Semana Santa, una visita al Cerro San Cristóbal reveló la lamentable condición de las barandas de madera que bordean el camino hacia la cima, poniendo en riesgo a los miles de fieles que realizarán la tradicional peregrinación durante el Jueves y Viernes Santo.

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Las imágenes captadas muestran barandas apolilladas, humedecidas y a punto de ceder, lo que representa un peligro inminente para la seguridad de los visitantes. La situación se torna aún más grave en zonas donde las barandas han desaparecido por completo, dejando a los peregrinos sin protección alguna ante una posible caída al abismo.

A pesar de la evidente necesidad de intervención, las medidas adoptadas hasta la fecha parecen insuficientes. Aunque se han colocado carteles de señalización en las partes más deterioradas, no se ha llevado a cabo un trabajo de mantenimiento integral.

La Municipalidad del Rimac, ente responsable del lugar, aún no ha presentado un plan concreto para garantizar la seguridad de los visitantes durante la Semana Santa.

La peregrinación al Cerro San Cristóbal suele atraer a niños y adultos mayores, quienes son particularmente vulnerables ante la falta de barandas seguras. Es imperativo que las autoridades tomen medidas urgentes para prevenir una tragedia durante este período festivo religioso.

La preocupante situación de las barandas en mal estado se ve agravada por las denuncias de “lotización” de espacios y veredas en el recorrido hacia la cima del Cerro San Cristóbal. Algunos individuos han tomado el control de estos lugares para alquilarlos a vendedores ambulantes durante la Semana Santa.

Esta práctica ilegal no solo genera un ambiente caótico y dificulta el paso de los peregrinos, sino que también representa un riesgo para su seguridad. Los vendedores ambulantes tienden a colocar sus puestos en áreas de difícil acceso o donde las barandas están en mal estado, lo que aumenta el riesgo de accidentes.

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