Agentes de la Diviac PNP detuvieron a 10 presuntos integrantes de la organización criminal 'Los ligeros del sur', dedicada a la extorsión y robo de vehículos. (Foto: PNP)
Agentes de la Diviac PNP detuvieron a 10 presuntos integrantes de la organización criminal 'Los ligeros del sur', dedicada a la extorsión y robo de vehículos. (Foto: PNP)

Agentes de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac) y representantes del Ministerio Público detuvieron esta madrugada a 10 presuntos integrantes de la organización criminal ‘Los ligeros del sur’, implicados en los delitos de extorsión agravada, hurto agravado y receptación agravada de vehículos, para luego venderlas en la zona norte de Lima.

El noticiero América Noticias informó que para la captura de los miembros de esta agrupación criminal se realizaron diversas intervenciones de forma simultánea donde participaron 350 agentes policiales, con el apoyo de 19 fiscales especializados en crimen organizado y se allanaron 17 viviendas.

Imágenes difundidas por el citado matinal mostraron que dentro de uno de los inmuebles de situado en el pasaje 30 de Agosto (Comas) se hallaron autopartes almacenadas en costales. El noticiero informó que la organización criminal estaría conformada por 13 integrantes.

C04-banda-extorsionadores

De acuerdo con las investigaciones policiales, la banda criminal se conformó en el año 2018 con el objetivo de beneficiarse ilegalmente del robo y venta de autopartes.

La organización criminal estaría dirigida por Juan César Rojas Durand, conocido conocido como ‘Capitán Pérez’ debido a que se hacía pasar como agente de la Policía Nacional. También se le conoce con los alias de ‘Pérez’, ‘Juancho’, ‘Juancho’ y ‘Negro’.

Según la Policía Nacional, ‘Los ligeros del sur’ contaban con una estructura criminal jerarquizada y dividida en garantes y colaboradores.

¿Cómo operaban?

‘Los ligeros del sur’ primero identificaban los vehículos de fácil sustracción o que se encontraban estacionados en los frontis de las viviendas de sus víctimas para proceder a robarlos y luego extorsionarlos. Ellos optaban por hurtar los autos de media gama, cuya víctimas eran taxistas, comerciantes entre otros.

Esta organización criminal, en su mayoría de veces, se hacía pasar por agentes policiales para presionar a sus víctimas al pago de fuertes sumas de dinero que iban entre los S/1.500 a S/5.000.

En caso de no podían contactarse con sus víctimas, procedían a desmantelar el vehículo para posiblemente vender las autopartes en los mercados negros.

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