El congresista fujimorista Héctor Becerril acaba de anunciar -en plan de víctima- que se retirará de la política. Debe ser lo más cuerdo que ha dicho en su vida. Su contribución en el Parlamento nacional solo ha sido una retahíla de escándalos y un lenguaje contestatario inútil, sobre todo contra el Gobierno.
El tema de fondo es que Becerril está en la mira del Ministerio Público por la extraña muerte de su asesor, pero lo más grave es que lo sindican de pertenecer a la organización criminal “Los Temerarios del Crimen”. A ver si varios de sus colegas siguen su ejemplo.
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