La falta de oxígeno, ventiladores mecánicos y camas en UCI no es lo único que preocupa a los pacientes con . Además de padecer los terribles estragos de la enfermedad, también tienen que sufrir la intolerancia por parte de familiares, amigos y vecinos.

“Salí a botar la basura, pero cuando pasé por el pasadizo los vecinos saltaron asustados como si hubiesen visto al diablo. Se tapaban la boca delante mío y se apartaron como si fuera un leproso”, recuerda Pablo (72) luego de recuperarse por completo del en mayo. Para evitar las miradas despectivas, él y su esposa Inés acataron un doble confinamiento: el impuesto por el Gobierno y el de los 35 departamentos del condominio ubicado en Magdalena.

Por otro lado, Brenda de 20 años relata que su experiencia en Work and Travel, un programa de intercambio cultural para jóvenes universitarios, no fue la mejor luego de enterarse que había salido positivo para la prueba de . “Una de las mánager me miraba mal y me decía que mantuviera la distancia como si fuera un monstruo o salía corriendo”, relata.

Incluso, después de recuperarse en su totalidad, este tipo de comportamiento no cesó. “Llegó el punto en que me tiraban las cosas en lugar de dármelas”, agrega la estudiante peruana de Derecho sobre su estadía en la localidad de Mammoth Lake en California.

Sentimientos de culpa

“Es un proceso difícil por el que se atraviesa, los pacientes pueden llegar a sentir vergüenza y el cargo de conciencia de contagiar a alguien más”, detalla Diana Díaz Moreno, profesora de Psicología de la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH). Por ende, muchos de ellos ocultan su condición médica o, como en este caso, sus nombres por el temor del escrutinio público.

Consecuencias psicológicas

Asimismo, la especialista recalca que las muestras de rechazo, ya sean físicas o verbales, son capaces de agravar cualquier condición médica y hasta producir otros problemas colaterales como depresión y ansiedad generalizada. “Está comprobadísimo que los pacientes mejoran mucho más rápido cuando tienen relaciones saludables con otras personas. Si a uno lo tratan mal, esto no ayudará en nada a su estado de salud”, advierte.

Principales causas

De acuerdo a David Sulmont, sociólogo y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú, las noticias falsas, los estereotipos y la necesidad de buscar un culpable son los principales motivos que llevan al hombre a actuar de manera indiferente hacia alguien enfermo. “Es un estigma que también cargan otras personas con enfermedades infecciosas como tuberculosis o VIH. Es común que, frente al miedo, la primera reacción sea la defensiva”, sostiene el especialista.