Depósito informal  se volvió un infierno
Depósito informal se volvió un infierno

Gran susto. Eran cerca de las tres de la madrugada cuando una serie de fuertes explosiones despertó a los vecinos del grupo vecinal Los Eucaliptos, en Puente Piedra.
Los estruendos provenían de la parte baja del cerro, una zona conocida como Volqueteros Unidos, donde se había iniciado un incendio que consumía rápidamente todos los recipientes de materiales inflamables.

INVASORES. Cinco años atrás, seis personas se habían apoderado de ese terreno, según los vecinos del lugar, y habían comenzado a lotizarlo para luego alquilarlo a distintos comerciantes que vendían galones y cilindros para líquidos industriales.
Esta situación representó un obstáculo para la directiva vecinal, pues ellos tenían otros planes en esa parte del barrio.
“Nos quejábamos a cada rato, pero a uno no le hacen caso y la indiferencia cansa”, reveló uno de los miembros de la agrupación vecinal que pretende volver a hacerse cargo de ese territorio.
Tanto fue el empeño de los dirigentes que a principios de año el alcalde de Puente Piedra, Milton Jiménez, les había prometido que desalojaría a todos los comerciantes de ahí y les iba a construir un parque que estaría terminado para setiembre de este año.
Sin embargo, llegó octubre y la situación siguió igual.

Explosiones. “Durante el incendio, varias tapas de los cilindros volaron hasta las casas más próximas”, indicó Marco Antonio Javier, uno de los testigos del siniestro, quien añadió que el humo llegó hasta la Panamericana Norte.
Las 14 unidades de bomberos que llegaron al incendio tuvieron gran dificultad para acceder al centro de lo que sucedía, pues se había colocado un gran muro que separaba la autopista del depósito.
El fuego arrasó con más de la mitad de los cilindros que se guardaban ahí, pero felizmente no causó ninguna muerte que lamentar, aunque dos pequeños gatos pertenecientes a una adolescente de 17 años murieron.
Varias familias, apenas comenzó el incendio, empezaron a mover sus pertenencias de valor a lugares más altos de la zona, aunque la familia Rojas Acosta fue la que terminó más afectada. Ellos lo perdieron todo cuando las llamas llegaron a su precaria vivienda, la más cercana al que fuera el ilegal almacén.
Los bomberos se demoraron algunas horas en apagar el fuego, debido a la gran cantidad de elementos inflamables presentes y las inexistentes medidas de seguridad que ofrecía el depósito.

Una amenaza. Los vecinos se quejaron porque el local no sería un almacén de cilindros y galones, pues algunos de los recipientes contenían restos químicos que los comerciantes recogían de diversas fábricas.
“Tales productos eran quemados en las madrugadas y todo el humo de las sustancias se iba a nuestras casas y lo aspirábamos”, relató una mujer luego de pedir a la municipalidad que mueva de sitio ese recinto, pues los encargados de la custodia del terreno solo reconocían que se quemaba leña.
La junta vecinal ha estado reuniendo pruebas de que otro tipo de materiales también se incineraba ahí. “Siempre hacen eso a la una o dos de la mañana”, detalló.
Los vecinos indicaron que al momento de reclamarle a los diferentes dueños de estos almacenes, ellos aseguran tener permisos y licencias de funcionamiento emitidas por la municipalidad.
Los que se oponen a que estos negocios sigan funcionando indican que se viene tramitando la reubicación de los depósitos desde el año pasado mediante unos documentos dirigidos al alcalde Jiménez.
Lo que tomó por sorpresa a los bomberos cuando se aproximaban al fuego fue que el depósito había ocupado, sin ningún cuidado, toda la vía auxiliar de la Panamericana Norte.
Tras el incendio, los vecinos se reunieron nuevamente para insistir en el cierre definitivo del almacén.