Jorge Luis Cerda es el impulsor de Plastifiguras. (Violeta Ayasta/GEC)
Jorge Luis Cerda es el impulsor de Plastifiguras. (Violeta Ayasta/GEC)

Ejerció el Periodismo durante seis años, pero en el 2014 Jorge Cerda Barzola dejó la adrenalina de la profesión por la tranquilidad que le da el hacer figuras de plastilina, arte que le permitió convertirse en un emprendedor.

¿Cómo fue tu primer acercamiento con la plastilina?

Cuando era niño tenía un muñeco al que se rompió la mano. Me dio tanta pena que le hice una mano de plastilina.

Eras periodista, ¿cómo decides dedicarte de lleno a hacer figuras de plastilina?

En el 2014, cuando estaba en la sala de redacción de un diario llevaba algunas figuritas. En una ocasión una compañera me pidió que le hiciera un Gokú y me salió bien. Luego, me hicieron más pedidos, fui agarrando práctica y me encantó ese mundo.Después me salieron ofertas para dar cursos y talleres y me metí de lleno.

¿Qué sensaciones experimentas cuando trabajas con este material?

Cuando hago las figuras siento tranquilidad y alegría. Tengo esa sensación de que estoy haciendo algo que deseo hacer, de libertad pura. Además, al momento de trabajar con la plastilina o cuando estoy dictando los cursos mi paciencia se multiplica. Siento que tengo más calma y claridad para ver las cosas.

¿Qué es Plastifiguras?

Es un proyecto que tiene cuentas en redes sociales. En estos espacios empecé compartiendo mis trabajos de figuras en plastilina y con el tiempo fue creciendo hasta convertirse en un emprendimiento en que se dan talleres y cursos. Lo que se busca es compartir lo que uno sabe con las personas amantes de la plastilina para que puedan aprender más y trazar su propio camino.

¿Es difícil crear figuras de plastilina?

El grado de dificultad pasa por la paciencia. Si tú la tienes tarde o temprano te van a salir. He conocido niños que no sabían hacer una bolita de plastilina, pero eran tantas sus ganas de aprender que pudieron hacer hermosos trabajos. La clave no es el talento que uno pueda tener sino la predisposición, el amor que uno tenga por aprender este arte.

¿Cómo afectó la pandemia a tus talleres?

Para las personas que no podían acceder a las clases pagadas por Zoom, se dieron clases gratuitas a través de Facebook Live. Participaron niños de diferentes ciudades como Chiclayo, Cusco, Ayacucho, entre otras, así como de países como México, Chile, Honduras, Argentina y Estados Unidos. He recibido bonitos mensajes de apoyo, aliento, agradecimiento, pero el agradecido soy yo porque gracias al arte en plastilina y al acompañamiento del público es que he tenido una oportunidad para hacer frente a la pandemia en el campo laboral.

¿Cuáles son los beneficios del trabajo con plastilina?

Ayuda mucho a la concentración, al control de la ansiedad, es antiestrés, antidepresivo. También ayuda a que el niño saque a relucir el potencial que tiene, no significa necesariamente que va a ser profesor de plastilina, de repente, puede ser cirujano porque hay un beneficio por el desarrollo motriz de las manos. El arte saca lo mejor de cada persona.

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