"Hands of Stone" acerca al legendario boxeador Roberto Durán a Cannes
"Hands of Stone" acerca al legendario boxeador Roberto Durán a Cannes

Si existe un deporte que haya dejado su impronta en la historia del cine, ese es sin duda el boxeo, y la película biográfica sobre el legendario Roberto "Mano de Piedra" Durán viene a confirmar las posibilidades dramáticas y narrativas de esta disciplina.

El boxeador panameño es una de esas escasas figuras que han recibido el reconocimiento de todo el continente americano, gracias a su estilo fajador sobre el ring, aunque también a su carácter indomable, forjado en las calles, que le hizo un personaje carismático más allá de las fronteras de su país.

Con la producción del poderoso Harvey Weinstein y, sobre todo, con la presencia de una de las mejores versiones recientes de Robert de Niro,

"Hands of Stone" ("Mano de Piedra"), estrenada fuera de competición en el Festival de Cannes, narra de manera algo convencional, pero con tanta potencia como un "uppercut", las victorias de Durán y sus sonoros fracasos.

Porque la biografía de "Mano de Piedra" es una crónica de éxitos, que lo convirtieron en uno de los mejores pesos ligeros de la historia, pero está marcada por una derrota que quedó grabada en los anales.

El 25 de noviembre de 1980, en Nueva Orleans (Estados Unidos), Durán abandonó en pleno combate la revancha por el título mundial que había concedido a otro mito del boxeo Sugar Ray Leonard, solo unos meses después de haberlo batido en Montreal (Canadá).

Esa pelea quedó para la posteridad como la del "no más", las supuestas palabras que dijo el panameño cuando se retiró por la humillación que estaba sufriendo.

El joven director venezolano Jonathan Jakubowicz, de 38 años, maneja con pulso la historia y rueda con maestría las escenas de los combates, al tiempo que tampoco cae en la hagiografía, al dibujar a un Durán carismático pero con numerosas zonas de sombra.

También se centra en la figura casi paternal para Durán del estadounidense Ray Arcel, uno de los más grandes entrenadores de boxeo, que es interpretado con mucha sutileza por De Niro, quien se implicó personalmente en el filme.

"Escribí la película y se la llevé a De Niro, y fue un proceso de varios meses antes de que accediera a hacerla. El fue parte fundamental de la película. La rodamos sin Weinstein, aunque él estaba coqueteando con ella. Cuando le mostramos el material ya decidió entrar", dijo en una entrevista a Efe.

El realizador comenzó a gestar el filme hace siete años, tras instalarse en Los Ángeles, donde no dejaba de recibir propuestas que no lo convencían.

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