La visita del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a Perú con motivo de la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) quedará marcada no solo por los acuerdos y compromisos asumidos, sino por el impresionante despliegue de seguridad, por aire, mar y tierra, que cuenta durante su permanencia en Lima.
Nadie podía ayer acercarse hasta 100 metros a la redonda al hotel de Miraflores donde está alojado. Y su traslado al Centro de Convenciones de Lima, en San Borja, a bordo de “La Bestia” (vehículo presidencial), se hizo en medio de una caravana de 22 vehículos blindados, precedidos de patrulleros y motorizados de la Policía Nacional del Perú.
Mientras se desplazaba por la ciudad, un helicóptero sobrevolaba la capital. Además, personal de seguridad estadounidense, como los francotiradores, se ubicó alrededor de toda la avenida Arqueología, cerca de la sede de la cumbre internacional.
Y en el mar de la Costa Verde, tres buques de guerra peruanos estaban alertas ante cualquier contingencia durante la cumbre internacional.
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País bello
Biden, en horas de la tarde, se reunió con la presidenta Dina Boluarte, y aseguró que Perú es un “socio valioso e importante” para Estados Unidos y destacó los desafíos que ambos países enfrentan para “defender la democracia y el medio ambiente”. También bromeó afirmando que el Perú es tan bello que teme que su equipo quiera quedarse.
Luego, el gobernante del país más poderoso del mundo, de 81 años, destacó la ayuda que entregará su país por 65 millones de dólares a Perú para la lucha contra el narcotráfico, incluido el envío de nueve helicópteros “Black Hawk”.
Desde Washington se confirmó que los helicópteros serán entregados durante los próximos cinco años y se reiniciará la interceptación aérea no letal contra aeronaves sospechosas de narcotráfico sin derribarlas.
Además, Estados Unidos proveerá asistencia técnica y tres escáneres de inspección aduanera de carga y vehículos por valor de más de 8,5 millones de dólares para el Megapuerto de Chancay, según la agencia EFE.
