El modelo híbrido ha dejado de ser una medida temporal para consolidarse como el nuevo estándar laboral en el Perú. Según el reciente estudio elaborado por WeWork y Michael Page, el 54 % de los profesionales peruanos prefiere combinar trabajo remoto y presencial para alcanzar un mejor equilibrio entre productividad, bienestar y conexión humana.

Sin embargo, el modelo híbrido también está evolucionando. Ya no se trata de rigidez ni de agendas marcadas: las empresas están transitando hacia una nueva etapa, donde la gestión del trabajo se define por la autonomía y la confianza.

“El modelo híbrido nació como una respuesta estructurada —con días específicos de presencialidad o divisiones por equipos—, pero eso ya cambió. Hoy hablamos de flexibilidad total, donde las personas eligen cómo y cuándo trabajar según sus necesidades y las del negocio”, explica Claudio Hidalgo, presidente de WeWork Latinoamérica. “Las empresas que entienden esto están rediseñando sus espacios para fomentar colaboración y bienestar, no solo para cumplir con la presencialidad”, agrega.

Esta evolución no solo responde a una preferencia individual, sino a una transformación en la forma en que las empresas conciben el trabajo: la productividad y el bienestar pueden coexistir cuando las personas tienen libertad para decidir dónde y cómo desempeñarse mejor. Los datos del estudio lo confirman.

De acuerdo con el informe, el 66 % de los trabajadores valora no perder tiempo en traslados, mientras que el 50 % prioriza la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar. Estos factores explican por qué el modelo híbrido flexible se consolida como el formato más deseado, especialmente entre los profesionales jóvenes y perfiles creativos, al combinar autonomía, conexión y bienestar.

La oficina como plataforma de conexión

El estudio revela que las organizaciones están redefiniendo la presencialidad: priorizan las actividades que requieren colaboración, planificación o creatividad, mientras que las tareas individuales se realizan fuera de la oficina. Este nuevo enfoque transforma los espacios físicos en plataformas de conexión, innovación y pertenencia.

En esa línea, las oficinas flexibles permiten a las compañías ajustar su infraestructura a la dinámica de sus equipos, optimizar costos y crear entornos más humanos.

“Las empresas ya no buscan oficinas para llenar escritorios, sino para construir experiencias de trabajo que inspiren. La flexibilidad inmobiliaria se ha convertido en una estrategia para cuidar la cultura, atraer talento y fortalecer la productividad”, agrega Hidalgo.

Perú y la madurez del trabajo flexible

En el mercado peruano, la adopción de modelos flexibles avanza de forma sostenida. WeWork ha identificado una mayor demanda de soluciones adaptativas por parte de empresas medianas y grandes que buscan equilibrar costos y bienestar. Esta tendencia se refleja, sobre todo, en sectores como tecnología, servicios financieros y consultoría.

“La presencialidad flexible ya no es una tendencia, es una estrategia de largo plazo. Permite a las empresas cuidar su cultura, optimizar recursos y dar a sus colaboradores el poder de decidir cómo trabajar mejor”, concluye Hidalgo.