Mesa Redonda, uno de los epicentros del comercio en Lima, vive días de caos y descontrol, a pocos días de las celebraciones por las fiestas de fin de año.

Vecinos y comerciantes denuncian la presencia de mafias organizadas que lotizan las veredas, protegen almacenes clandestinos y han convertido esta zona en tierra de nadie.

Aseguran que estas organizaciones criminales operan abiertamente, cobrando cupos a los ambulantes y fomentando enfrentamientos por el control de espacios. “Aquí no hay autoridad, todo es desorden. Si alguien no paga, lo sacan o lo amenazan”, comentó el dirigente vecinal Luis Guillermo, del jirón Puno, una de las zonas más afectadas.

PELEAS. Los conflictos no tardan en estallar. Ayer, dos comerciantes informales se enfrentaron violentamente en el cruce de los jirones Andahuaylas y Puno por un espacio público.

Las peleas, alentadas por algunos transeúntes, reflejan el nivel de descontrol que impera en este punto neurálgico.

Además del desorden, los riesgos para la seguridad pública son alarmantes. Las calles, abarrotadas de mercancías y carretillas de estibadores, dificultan el tránsito de vehículos de emergencia.

“Si hubiera un incendio o un terremoto, esto sería una tragedia”, advirtió un comerciante.

En un recorrido reciente de OJO, se constató que el comercio informal, pese a estar prohibido, ocupa veredas y pistas en jirones como Cusco, Andahuaylas y Paruro.

Bolsos, prendas, cargadores y hasta remedios caseros se venden a la vista de todos, desafiando las normas y poniendo en peligro a los miles de compradores que visitan la zona.

La oficina de la Defensoría del Pueblo en Lima solicitó a la Municipalidad de Lima reforzar las acciones de fiscalización de los locales comerciales, a fin de que cumplan las normas técnicas de seguridad en edificaciones.

La medida busca evitar que se produzcan eventuales accidentes o emergencias como incendios o que en caso de terremotos el público cuente con las medidas de seguridad.

CLAUSURA. Comerciantes de varias galerías en Mesa Redonda denunciaron la clausura arbitraria de cinco de sus establecimientos.

Esta acción, tomada por fiscalizadores de la municipalidad, se justificó bajo la premisa de que las galerías representarían un peligro para la vida, la salud y la seguridad para las personas.

No cabe ningún alfiler más.

De acuerdo al último registro de la Municipalidad de Lima, unos 2500 ambulantes hay en Mesa Redonda.