Se imagina a un robot que, en plena primera ola de la pandemia del COVID-19, haya podido recoger la basura de las puertas de la casa para evitar el contacto físico. O un robot que limpie los escombros en un eventual derrumbe que haya en Chavín de Huántar, con censores, para ubicar a personas atrapadas.

O un equipo robotizado con cámaras que emita un sonido y detecte la presencia de delincuentes. Y diga: ¡Peligro, peligro, se acerca el enemigo!

Pues estos proyectos no solo se han quedado en la imaginación sino que han sido plasmados en el mundo real por niños y niñas de primaria de un colegio parroquial del distrito limeño de Villa María del Triunfo (VMT).

La líder y guía de este trabajo escolar, donde poco más de 240 alumnos mezclan la creatividad, lo lúdico y lo ingenioso es Sayury Almirón Zúñiga, una docente que los encamina en el mundo de la robótica. ¿El objetivo? Convertirlos en expertos y que en el futuro dominen las habilidades que se requieren en el mercado laboral, sin perder la alegría y la creatividad.

CREATIVIDAD E INNOVACIÓN.

La robótica es una experiencia fascinante. Es una rama de la ingeniería de la computación que le exige al estudiante creatividad de forma divertida y entretenida. Estamos viendo propuestas innovadoras y muchos de ellos están queriendo ser ingenieros al terminar el colegio”, narró a OJO la profesora quien también en sus primeros años se desempeñó como periodista y dictó talleres de radio escolar.

Precisamente, al tener este primer contacto con los alumnos se decidió a estudiar docencia. Es así que a la fecha se desempeña como maestra de primaria, con la especialidad en robótica y computación.

“La robótica es una de las carreras del futuro en el Perú. Es una gran oportunidad para que desde pequeños interactúen. Hacen ciudadanía investigando”, agregó.

FORMA DE APRENDER

¿De qué manera aprenden los niños robótica en un salón de clases? Sayury cuenta que se les propone un tema, el cual tiene que presentar un problema, a fin de que el robot que creen los estudiantes dé una solución innovadora.

Los alumnos pueden plantear temas y problemas de su misma comunidad como contaminación ambiental o tráfico vehicular. Luego serán asesorados y acompañados en la construcción de su robot.

Parte del proceso es también ver los errores. Todo el tiempo es aprendizaje. Y es que mientras aumentan de grado, sus pensamientos son más estructurados y complejos, afirmó la docente.

“Finalmente, cuando logran tener el movimiento del prototipo de robot, hecho con piezas parecidas a los legos, lo disfrutan. Ellos logran, por ejemplo, poner una luz roja para que el robot retroceda. La robótica sitúa a los niños y las niñas por igual. No hay límites para ninguno. Niños y niñas pueden hablar y entenderse de poleas, tornillos, engranajes que les sirven para diseñar sus prototipos”, enfatizó Sayury.

La maestra Sayury es una docente digital que forma parte de los 45 mil profesores de 24 regiones del país que han sido formados gratuitamente por el programa “Comprometidos con la Educación”, iniciativa global de la Fundación Telefónica Movistar y la Fundación ‘la Caixa’.

Es así que le propuso al director de la escuela de VMT trasladar esta enseñanza de robótica a los alumnos.

“Hoy las niñas quieren ser ingenieras y hacer ciencia con sus compañeros. Los dos se preocupan por las personas que tienen discapacidad. Para que esta experiencia escale en el país, los maestros tienen que actualizarse en herramientas digitales”, destacó.