Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Adrián, de 41 años, quien vive en el distrito de Pueblo Libre.
Doctora Moro, me da vergüenza hablar de esto, pero confío en su criterio. Mi problema tiene que ver con mi vida sexual y mi matrimonio. Desde hace más de seis meses, mi esposa siempre tiene una excusa para evitar la intimidad. Al principio pensé que era algo pasajero, pero con el tiempo la situación se mantiene. Cada vez que intento acercarme a ella, me dice que le duele la cabeza. La distancia entre nosotros aumenta, y me está afectando.
He intentado ser paciente, pero la situación me causa frustración. Cuando trato de hablar sobre lo que pasa, ella se pone a la defensiva. Incluso me ha dicho que si para mí el sexo es tan importante, quizás este matrimonio no es lo que quiero. Eso me duele, porque no estoy buscando algo fuera de la relación. Las tentaciones en mi trabajo existen, pero siempre he sido fiel y valoro mi hogar.
Lo que más me angustia es que, cada vez que intento hablar del tema, ella parece no querer buscar solución. En vez de tratar de comprender mi sentir, me hace sentir culpable por expresar mi deseo. La comunicación entre nosotros se ha vuelto casi inexistente en este aspecto, y cuando intento abrirme, ella se cierra más.
Quiero encontrar una solución para ambos. Amo a mi esposa y adoro nuestra vida juntos, pero no sé cómo seguir sin sentirme miserable. La falta de intimidad está generando una presión emocional que no sé cómo manejar. ¿Qué me aconseja hacer, señora Moro?
CONSEJO
Querido Adrián, es necesario que hables con tu esposa desde la empatía, sin presionarla. Expresa tus sentimientos de manera abierta y escucha sus razones sin juzgar. A veces, pueden haber factores emocionales o físicos detrás de su negativa. Si la comunicación no mejora, considera buscar ayuda profesional, como una terapia de pareja, para abordar el problema juntos.