Magaly Moro

Claudia (29 años, Villa El Salvador). Señora Magaly, me atrevo a escribirle en esta ocasión porque me siento en un callejón sin salida. Tengo 29 años y, desafortunadamente, jamás he tenido enamorado. Ni siquiera he recibido mi primer beso.

Durante los años de secundaria me gustaron muchos de mis compañeros, pero jamás fui correspondida. Incluso ya en la universidad, ningún chico se me acercó con la intención de pretenderme; siempre me veían como la amiga de todo el mundo. Hasta el día de hoy, los hombres que conozco solo desean mi amistad.

Doctora, no le miento cuando le digo que muero por saber qué es besar, qué es abrazar al ser querido, qué es planificar un futuro con alguien más, qué es hacer el amor. Sin embargo, estoy estancada en mi soledad y mi familia no me ayuda en lo absoluto.

Mis padres no dejan de preguntarme cuándo llevaré un chico a casa, ya que soy la única de la familia sin pareja. Inclusive, mi propia madre duda de mi orientación sexual a modo de burla. Lo mismo pasa con mis hermanas menores, quienes insisten en que nadie se fija en mí por mi apariencia física o porque soy “espantosamente aburrida”.

Aunque trato que sus comentarios no me afecten, me duelen profundamente. Cada vez que intento ligar con alguien, escucho sus voces en mi cabeza recordándome que no soy lo suficientemente bonita para atraer a alguien. ¿Cómo puedo hacer para encontrar al hombre de mi vida, señora Moro?

Ojo al consejo

Querida Claudia, lo primero que debes hacer es salir de casa e independizarte; un ambiente tan tóxico jamás será bueno para ti. Además, intenta buscar ayuda psicológica porque es claro que tu autoestima se ha visto afectada. Por otro lado, el amor verdadero llegará cuando menos lo imagines. Por ahora intenta trabajar en ti misma y prueba suerte con portales de cita en línea. ¡Suerte!