Magaly Moro

Andy (35 años, Los Olivos). Querida doctora Moro, me siento muy fastidiado con la relación que tengo actualmente. Marisol se ha vuelto insoportable desde hace algunos meses, no sé cuál es la razón. He intentado hablar con ella y me dice lo mismo: “Esa soy yo, si te gusta, bien, sino la puerta de mi casa está abierta”. Está extraña, Mari no era así, se lo juro. Ella era una chica dulce, tierna y amorosa, cada cosa que le preguntaba siempre respondía con una sonrisa que reflejaba amor puro. Precisamente, esa ternura me tenía loco, porque me transmitía paz cada que tenía una conversación con ella.

No entiendo cómo las cosas han cambiado de un día para otro, me estreso y me frustro pensando qué hice mal, en qué fallé para que Marisol cambie su actitud conmigo. Doctora, no le voy a negar que en varias oportunidades he querido salir corriendo de mi casa al llegar del trabajo, porque la encuentro renegando con nuestras mascotas o porque le salió mal la comida, me incomoda su malhumor y me molesta más que siempre se la agarre conmigo, a pesar de que no haga nada. No obstante, la veo fijamente a los ojos y sé que dentro de ella sigue esa mujer amable que me conquistó. La amo, la amo tanto que este sentimiento me impide dar un paso al costado en la relación que tengo. Por favor, necesito un consejo, no sé cómo actuar. Mis amigos y hasta mi propia familia se ha dado cuenta de cómo me trata, me dicen que la deje, pero siento que en algún momento ella va a volver a ser la misma de antes. ¿Qué hago?

Ojo al consejo

Estimado Andy, si su actitud cambió de un día para otro, algún factor debe existir, pero mientras ella no se anime a decirlo, tú no podrás hacer nada. Mientras tanto, no puedes aguantar que alguien te trate mal bajo ningún término. Por eso te recomiendo que mejor le des un tiempo, no la presiones, quizás al notar tu ausencia ella se atreva a contarte. Mucha suerte.