Magaly Moro

Ramón (33 años, Trujillo). Estimada doctora Magaly, le escribo desde la provincia de Contralmirante Villar, ubicada en Zorritos - Piura, porque necesito su ayuda. Estoy enamorado de Laura, una bella chica limeña que vino a mi provincia por vacaciones de verano, ya que una de sus primas trabaja en uno de los hoteles de esta zona. Nos conocimos, precisamente, cuando fui a dejar unos productos en uno de esos hoteles y desde que la vi me encantó. Su piel canela y su rubio cabello, como los rayos del sol, me volvieron loco. Hablamos solo por unos minutos y nos dimos cuenta que había química. Durante su estadía, trataba de coincidir con ella en los lugares que iba. Siento que en esas 6 semanas avanzamos bastante. Sin embargo, Laura tenía que regresar a Lima. La última vez que la vi la besé apasionadamente sintiendo el calor y la suavidad de sus labios. Ella partió pero no fue impedimento para seguir en contacto. Nos escribíamos todos los días y yo le juré que iría a visitarla el fin de semana siguiente, pero la cuarentena llegó y no pude cumplir mi promesa. Doctora, tengo tantas ganas de viajar a Lima para por fin proponerle que sea no solo mi enamorada, sino también mi esposa, porque desde que llegó a mi vida la palabra “amor” volvió a tener sentido. Estoy dispuesto a exponerme al virus y a enfrentar a las autoridades con tal de verla otra vez, pero ella vive con su hijita en Lima y sería muy irresponsable de mi parte. Sé que también me extraña, lo veo en sus ojos cada vez que hacemos videollamada. ¿Cómo hago, doctora?

Ojo al consejo

Querido Ramón, sé que estás muy enamorado, pero no puedes exponer tu vida y la de ella porque, como lo mencionas, al viajar en un bus puedes contraer el virus y contagiarla. Tranquilo, aprovechen este tiempo a distancia para conocerse más a través de las videollamadas. Sean creativos, vean este problema como una oportunidad. Mucha suerte.