Magaly Moro

Pedro (35 años, San Juan de Lurigancho). Doctora Moro, el que le escribe es un fiel admirador de la periodista . A ella la sigo desde que conducía un programa en una radio romántica. Recuerdo que una vez llamé a la emisora para dedicarle una canción a Glenda, la que por aquel entonces era mi enamorada, y Juliana me deseó lo mejor.

Han pasado los años y admiró más a Juliana. Antes de que se emite su programa de noticias, yo soy el primero en sentarme en el sillón para verla. A Glenda, que se convirtió en mi esposa, la llamo para informarnos juntos, pero muchas veces no quiere. No le cae bien la conductora porque, según ella, tiene un feo carácter. Yo discrepo con mi esposa y le hago entender que solo es una periodista frontal, sin pelos en la lengua. Y no solo eso, sino que es inteligente y no se casa con nadie. Su único defecto es ser hincha de Alianza Lima.

Hace poco, Glenda se enojó conmigo porque le estuve hablando de Juli en la hora del almuerzo y le dije que debía aprender cosas de ella. “Si tanto te gusta, cásate con ella”, me respondió enfadada y luego se encerró en su cuarto. No sé qué le llegó a incomodar, si el hecho de que me guste una figura de la televisión o que le pida que se parezca a ella en algunas cosas. Igual acepto que se me pasó la mano.

Ahora Glenda ocupa el sillón para ver novelas por la TV a la misma hora que Juliana Oxenford conduce su espacio. He tratado de hablarle, pero no me hace caso. Quiero limar asperezas con ella. ¿Qué me aconseja, doctora?

Ojo al consejo

Estimado Pedro, considero que debes buscar el diálogo con tu esposa. Es evidente que está muy incómoda porque la comparas con Juliana Oxenford. Las comparaciones nunca son buenas. Si fuera tu esposa quien tuviera tu misma actitud seguramente sentirías el mismo malestar. Reflexiona sobre el tema y conversa con ella. Suerte.