Magaly Moro |

Catalina (29, Pueblo Libre). Señora Moro, por una tonta mentira, estoy a punto de perder al hombre de mi vida. Resulta que cuando conocí a Rodolfo, hace dos años, me enamoré perdidamente de él. Además de ser un hombre extremadamente guapo, era muy correcto y con buenos valores morales. Todo él me fascinó, lamentablemente era muy conservador así que dije una mentirilla para atraer su atención: le hice creer que era virgen.

Señora Moro, quizás mi historia cause risa, sobre todo en estos tiempos de libertinaje, pero para mí está resultando un verdadero infierno. Jamás pensé que esa mentirita podría ser la causa de una dolorosa ruptura. Le juro que yo creí que, en algún momento de la relación, intimaría con Rodolfo, sin embargo, me equivoqué enormemente.

Hace cuatro meses mi “chinito”, como le digo de cariño, me pidió la mano y no sabe lo que me dijo; “Mi Catita, tú eres oro puro. ¿Qué mujer a tu edad va a ser virgen? Estoy feliz porque seré tu primer y único hombre”. Mi pareja, hasta el día de hoy, no ha intentado tocarme porque quiere que nos guardemos para el matrimonio.

Ahora no sé qué hacer. Siento que si me sincero con él, no solo me dejará de inmediato, sino que me odiará de por vida. Para él, la castidad es muy importante. Yo le pregunté si ha estado con mujeres y me dijo que con una sola, y que luego de eso prometió que solo tendría sexo con su esposa. ¿Qué hago, señora Moro? No lo quiero perder.

Ojo al consejo

Querida Catalina, entiendo que estás en una situación muy difícil, pero tienes que contarle la verdad a Rodolfo, de lo contrario, las cosas podrían terminar muy mal si llegan a casarse. Lamentablemente, no mediste las consecuencias de tus mentiras y ahora toca asumir las consecuencias. Espero que tu pareja te entienda y puedan seguir juntos. Suerte.

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