Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Roxana, de 40 años, de Pueblo Libre:

Señora Moro, me siento muy triste y desanimada, todo indica que mi tan anhelado sueño de casarme de blanco nunca se hará realidad. Actualmente, tengo una relación estable con Francisco. Llevamos seis años juntos y, hace unas semanas, me propuso convivir.

Mi pareja empezó diciéndome que se había dado cuenta de que era la mujer que quería para el resto de su vida. Estábamos en un cena romántica. Cuando se arrodilló, sentí que me faltaba el aire porque creí que me pediría la mano; sin embargo, noté que la caja que sacó de su bolsillo no era cuadrada, sino rectangular y cuando la abrió tenía unas llaves. “Mi Roxana hermosa, ¿quieres convivir conmigo?”, me preguntó. La gente presente aplaudió porque yo me puse a llorar y todos pensaron que nos casaríamos. Incluso, alguien gritó, “¡Que vivan los novios!

Pero lloré de decepción porque yo siempre le dije a Francisco que solo saldría de mi casa si era de blanco. Pero parece que jamás le prestó atención a mis palabras. Cuando estuvimos solos le dije que no quería convivir con él, lo entendió y me pidió que continuáramos con la relación hasta que me sintiera preparada para dar el siguiente paso. Doctora, mi sueño es casarme, ¿qué hago? Ya tengo 40 años, no creo encontrar a un hombre que desee ser mi esposo. Me siento confundida. Ayúdeme, por favor.

CONSEJO

Querida Roxana, la edad no es un limitante para la felicidad. Si tu sueño es casarte, habla con Francisco, sé explícita y dile cuáles son tus deseos. Si hay amor verdadero, pueden llegar a un acuerdo, algo con lo que los dos se sientan a gusto. No obstante, si él se niega a cualquier alternativa, evalúa renunciar a tu sueño y ponle punto a tu relación. Lo importante es que seas feliz.