Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Zarela, de 28 años, que nos escribe desde La Perla.

Doctora Magaly Moro, gracias por atender mi carta. Le escribo porque estoy cansada de que mis amigos, y hasta mi familia, me critican porque dicen que siempre me enamoro de chicos poco agraciados.

Lo que sucede, doctora, es que yo creo que el hombre es como el oso, cuanto más feo más hermoso. Nunca me he fijado en el físico de los chicos, los hombres con expresiones delicadas no me atraen, yo prefiero que tengan facciones varoniles. Pero lo que más me atrae es que sean divertidos.

Los hombres que se saben poco atractivos físicamente suelen desarrollar otros talentos, como la buena conversación y el sentido del humor. Y eso es lo que siempre ha llamado mi atención.

Pero mis amistades no me comprenden y por ello soy el punto de burlas y bromas. Me dicen que “soy buena pobre”, “que los prefiero buena gente”, “que soy poco exigente”. Estoy harta de eso que he decidido nunca más volver a presentarle a mis amigos a mi pareja.

Precisamente hace unas semanas conocí a Javier, un hombre divertido, educado. Físicamente no tiene un cuerpo atlético, está algo gordito, pero tampoco está de mal ver, a mi gusto. Me encanta. Como dice la canción, “la pinta es lo de menos”.

Pero ya me imagino los comentarios de mis amistades, y la verdad que no quiero que pase un mal momento. Realmente Javier me gusta mucho y quiero que lo nuestro funcione. ¿Usted cree que hago bien en ocultar mi relación?

CONSEJO

Querida Zarela, no tienes por qué ocultar tu relación con Javier por el qué dirán de la gente. Si realmente los dos se quieren, sabrán hacer oídos sordos a las “bromas” y los malos comentarios. Más bien, evalúa la clase de amistades que tienes que no respetan tus gustos. Con relación a tu familia, habla con ellos y diles que deben aceptar tus decisiones y evitar las burlas. Suerte.