Magaly Moro

Daniela (31 años, Villa María del Triunfo). Doctora Magaly, estoy sufriendo demasiado por un amor. Mi dolor y desesperación es tan grande que siento que estoy fallando hasta como madre.

Soy mamá soltera, tengo dos niñas, una de 7 y otra de 4 años. Son mi adoración, pero también creo que son las culpables de mi ruptura con el hombre a quien consideré por tres años el amor de mi vida.

Juan, al inicio de nuestra relación, me aceptó con mis niñas, es más creo que las amaba. Sin embargo, con el paso de los años, él se dio cuenta que no estaba seguro de querer formar una familia o por lo menos esa fue la razón que me dio cuando pusimos fin a nuestro romance. Esto significaba que no quería ser absorbido por mis dos hijas.

Terminamos, se fue de la casa y se alquiló un cuarto a 40 minutos de donde vivíamos. En ese momento empezó mi obsesión. Todos los días, cerca de la medianoche, dejo a mis niñas durmiendo y suelo conducir con las ventanas abajo, para calmar mi ansiedad, hasta donde vive. Me bajo del auto y me acerco sigilosamente hasta la ventana de su departamento con miedo de ser descubierta o peor aún de encontrar a otra mujer saliendo de ese lugar.

Después de 20 minutos vuelvo a subir al carro y regreso a mi casa.

Doctora, sé que está mal dejar a mis hijas solas porque algo les puede pasar, sobre todo, porque son pequeñas, pero no puedo dejar de hacer eso, siempre quiero verlo aunque sea un momento antes de ir a dormir. ¿Qué puedo hacer para curarme de esta obsesión?

Ojo, consejo

Estimada Daniela, lo resaltante de tu historia es que reconoces que estás obsesionada con tu ex. Ese es un gran paso. A veces las relaciones terminan y no es necesario buscar culpables. Ambos tenían realidades diferentes y eso no es culpa de tus niñas. Es necesario que busques ayuda psicológica, ir a vigilarlo todas las noches es una señal de que no estás bien. Suerte.

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