Estoy con una convenida
Estoy con una convenida

Luis (Puente Piedra, 47). Doctora, desde hace más de 10 años llevo una complicada relación con una joven a quien conocí cuando estaba casado. Me separé de mi entonces esposa y asumí la responsabilidad de llevar una relación cordial con ella por nuestros dos pequeños hijos. La mujer que en ese momento cautivó mi corazón se llama Rosario. Con el tiempo empezamos a salir y la presenté ante mi familia. Pese a que la relación con mis niños era difícil, ella no tuvo problemas y los quiso como si fueran suyos desde un inicio. Ese compromiso me motivó a mudarnos juntos muy pronto.

Incluso, comenzamos a construir una casa en un terreno que heredé y todo parecía ir de maravillas.

Poco a poco empecé a notar cierto distanciamiento en ella, hasta que un día me enteré de que estaba empezando a salir con otra persona. Sentí que mi corazón casi se rompía en dos y con un fuerte dolor en el pecho le pedí que se fuera. Pasaron unas semanas y ella volvió arrepentida de sus actos. La perdoné en contra de la postura de mi familia y retomamos nuestra relación. Desde entonces, he estado muy alerta ante estas situaciones, pero ahora su carácter se ha vuelto muy insostenible, hasta el punto de pensar que solo está conmigo por interés y las comodidades que le doy. Incluso, a veces me manda indirectas para que nos casemos o que debería recibir una mensualidad de mi parte para la casa. Mis amigos la han visto salir con un joven de su trabajo, en complicidad de su hermana. He pensado en dar un paso al costado y alejarme de una relación que más daño me hace conforme pasan los días.