Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Juan, de 32 años, quien vive en el distrito de Miraflores:
Estimada doctora Magaly, quizás mi historia le parezca una locura, pero le aseguro que es real, aunque a veces ni yo mismo la creo.
Hace algunas semanas, terminé con Carla, la mujer que amaba profundamente, porque descubrí que me había sido infiel con un compañero de trabajo. Fue un golpe durísimo, ya que, aunque ella me había fallado, yo la amaba con todo mi ser. El dolor de su traición me desbordó, pero aún seguía enamorado de ella. La situación fue tan desgarradora que no sabía cómo afrontar todo lo que sentía..
Al poco tiempo de la ruptura, conocí a Lucía, una mujer encantadora que, aunque no era mi tipo ideal, me ayudó a distraerme. En una de nuestras salidas, hablando de todo lo que había pasado, le solté impulsivamente: “¿Y si nos casamos?”. Lucía, sorprendida en un primer momento, aceptó la propuesta. En ese momento, más que por amor, lo hice por puro despecho, como una forma de venganza hacia Carla, que siempre soñó con casarse de blanco.
Ahora, a un mes de casarme, me siento completamente vacío y atrapado en una situación que no sé cómo manejar. Lucía está feliz y emocionada, pero yo me siento decepcionado y amargado, como si hubiese tomado una decisión equivocada. Mi familia está preocupada y no entiende qué está pasando. ¿Qué hago, doctora?
CONSEJO
Querido Juan, lo primero es que reflexiones sobre tus verdaderos sentimientos. Casarte por despecho no es una solución a tu dolor y puede generar más sufrimiento. Habla sinceramente con Lucía sobre lo que estás viviendo y, si es necesario, busca terapia para sanar y entender tus emociones. No te apresures a tomar decisiones sin claridad.