Magaly Moro

Magaly Moro

Paloma (25 años, San Isidro). Señora Magaly, recurro a usted para que me ayude a resolver una inquietud.

Mi novio es un chico superalegre, extrovertido, cariñoso y muy apasionado. Nos entendemos en diferentes aspectos. Me parece que casi todo es perfecto en nuestra relación, solo hay una situación que me asusta: a David le gustan los fetiches.

La primera vez que tuvimos intimidad no ocurrió nada extraño. Sin embargo, en la segunda ocasión sucedió algo que no me esperaba: mi pareja empezó a besarme y lamerme los pies. Me dijo que eso le gustaba mucho, así que dejé que lo hiciera.

En los siguientes encuentros me siguió sorprendiendo. Incluso, me rogó para que use un disfraz de Gatúbela. Tuvimos un encuentro algo diferente porque tenía el traje encima. En otra oportunidad, me pidió que usara unos zapatos con tacones, para darle el gusto también lo hice. Pero, la última vez, mi extrañeza se convirtió en susto luego de que David me mostrara un látigo. Me explicó que quería saber qué se sentía dar y recibir azotes. Inmediatamente le respondí que no quería experimentar eso y que sus raros gustos en la cama me estaban espantando. Él me dijo que entendía y que respetaba mi postura. Desde allí no hemos vuelto a tener relaciones. Ya pasó un mes y siento a David distante y frío conmigo. No sé qué hacer, doctora. No concibo que mi pareja sea fetichista, no obstante, no quiero perder su amor. ¿Sigo aceptando sus propuestas extrañas en la cama o lo rechazo si es que me propone eso de nuevo? Ayúdeme.

Ojo al consejo

Estimada Paloma, por lo que veo es la primera vez que tienes una pareja con este tipo de gustos. No hay nada que temer. Es normal que se den estas situaciones; sin embargo, si estos comportamientos te asustan o no te agradan, está bien que seas sincera con tu pareja. Ambos deben estar cómodos. Dialoga con David y lleguen a un acuerdo que los haga sentir bien a los dos. Suerte.