Rodrigo (22 años, El Rímac). Doctora Magaly Moro, le cuento que soy la burla de todos mis amigos. Ellos no entienden mi amor por Maritza. Dicen que solo estoy detrás de ella, rogándole para que me haga caso y conformándome con las migajas de amor y cariño que ella me da.
Maritza es una amiga del barrio, nos conocemos desde niños y siempre me ha gustado. Ella tiene una hermosa figura, una linda sonrisa y, aunque es bastante coqueta, yo la quiero y sé que en el fondo de su corazón ella también me quiere.
Fuimos enamorados en la adolescencia, cuando teníamos 15 años y estábamos en el colegio. Pero terminó conmigo justo una semana antes de la fiesta de promoción porque ella prefirió ir con otro chico que recién había conocido.
Han pasado seis años de eso, pero yo no he olvidado a Maritza. Todo este tiempo siempre he estado cerca de ella, para ayudarla en lo que me pida, con la esperanza de que volvamos a ser enamorados. Yo le he dicho lo que siento, pero ella solo se ríe.
Mis amigos dicen que me olvide de ella, porque se aprovecha de mí y solo me busca cuando necesita que la ayude en algo, que jamás llegará a amarme, ni me va a tomar en serio.
Dicen que soy un “migajero” porque me conformo con las migajas de amor que ella me entrega. Doctora, ¿usted cree que realmente Maritza solo me utiliza y que nunca se va a fijar en mí otra vez? Dígame qué puedo hacer para no esperar más.
CONSEJO
Querido Rodrigo, el amor debe ser correspondido. No dudo de tus sentimientos hacia Maritza, pero si ella no ha demostrado un verdadero interés afectivo como para volver contigo, deberías alejarte de ella. Por insistir en alguien que no te corresponde podrías estar perdiendo la oportunidad de conocer a una chica que realmente te quiera. Piénsalo.