Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Rebecca, de 30 años, que vive en Cercado de Lima:
Señora Moro, le escribo muy intrigada por un chico que conocí casualmente en un restaurante. Se llama Víctor y me robó el corazón desde que lo vi. Ahora solo pienso en volverlo a ver para conocerlo más.
Hace una semana visité un restaurante nuevo por mi oficina y, a primera vista, me llamó mucho la atención un hombre muy guapo que estaba atendiendo las mesas. Me pareció tan lindo que, con mi grupo de amigas, me puse el reto de conseguir su número de teléfono para invitarlo a salir.
Cuando nos atendió fue muy amable y amistoso. Como éramos un grupo de chicas, nos hizo reír y pareció muy carismático. Entre broma y broma intenté coquetearle, pero solo logramos averiguar su nombre y su edad.
Más tarde, cuando tocaba pagar la cuenta me acerqué para preguntarle donde era la ventanilla y si sus jefes se molestarían si lo invitábamos a salir más tarde ¡Pero resulta que él era el dueño del local! No podía con la vergüenza, doctora. Me dijo que había escuchado el reto que hice con mis amigas y le pareció gracioso.
Pagué la cuenta en la ventanilla donde él mismo me atendió y, roja de la vergüenza, me fui rápidamente. Al llegar a mi oficina me di cuenta que en la boleta de mi pago había dejado su número de teléfono. Él me atrae mucho. ¿Debería escribirle?
CONSEJO
Estimada Rebecca, solo tú puedes saber si sentiste que esa atracción era mutua. Si Víctor no se mostró incómodo contigo, procede. Ten en cuenta que él te siguió el juego y tuvo la iniciativa de darte su teléfono para que pudieras contactarlo. Toma tus precauciones, pero no le cierres las puertas al amor. Quizá de esta graciosa anécdota pueda surgir un lindo romance.
ESCRÍBEME TU CASO A magalymoro@prensmart.pe