Magaly Moro

Rocío (22 años, Ventanilla). Señora Moro, estoy furiosa con mi enamorado. Pepe y yo tenemos un año como pareja. Podría decir que nos entendemos muy bien. Siempre se ha mostrado muy atento, respetuoso y sincero conmigo.

No obstante, algo ocurrió el pasado martes que hizo que mis ideas sobre él cambiaran.

Resulta que fuimos a comer a un restaurante. Cuando nos sentamos pedimos la carta y empezamos a revisar el menú. A los dos minutos de estar sentados, un señor se acercó a nuestra mesa y nos dijo: “Buenas tardes”. Ambos alzamos la cabeza y nos dimos con la sorpresa de que era su papá. Yo lo conocía por las fotos que publicaba Pepe en Facebook.

Al ver a su progenitor, mi enamorado se puso muy nervioso, se ruborizó y no supo qué responderle. Pasaron unos segundos cuando, por fin, yo me animé a contestar el saludo: “Buenas tardes”, expresé. En ese momento, Pepe reaccionó diciendo: “Papá, ¿qué haces aquí?”. Su padre ignoró esa interrogante y le preguntó con voz muy firme quién era yo, a lo que Pepe contestó: “Es mi amiga”.

Me quedé helada al escucharlo. Yo soy su enamorada y no me presentó como tal. Eso me dolió en el alma. Luego de que su padre se retiró, discutimos y no almorcé con él, me fui del restaurante. José me ha escrito pidiéndome perdón. Me ha dicho que se puso nervioso al ver a su papá y que no supo qué decir porque no le tiene mucha confianza. ¿Qué hago, doctora? Sigo muy dolida con él. No entiendo por qué me negó.

Ojo al consejo

Estimada Rocío, entiendo tu enojo y tristeza por lo que hizo Pepe. Es bastante comprensible tu reacción. Sin embargo, creo que debes darle una oportunidad y permitirle que te explique qué fue lo que pasó por su cabeza en esos momentos. Que se haya puesto nervioso también es entendible.

Dialoguen sin llegar a discutir. Seguro no es nada grave. Mucha suerte.

TAGS RELACIONADOS