Magaly Moro

Pepe (29, San Miguel). Señora Moro, le escribo porque no quiero perder a Julieta; sin embargo, mi paciencia está llegando a su fin.

Nosotros tenemos 5 años de relación, convivimos hace dos y hasta teníamos planes de matrimonio, lamentablemente estamos atravesando por una difícil crisis.

Doctora, no soy un hombre perfecto, pero puedo jurarle que nunca he engañado a Juli, pero ella no me cree, duda demasiado de mí y todo debido a que encontró un mensaje “cariñoso” de Silvia, una compañera de trabajo.

Silvia es una mujer muy guapa, no lo puedo negar, no obstante, no me atrae y dudo que alguna vez ocurra. A pesar de ser muy inteligente y segura de sí misma, es muy lanzada y eso no me gusta. Apenas entró a laborar a nuestra empresa, me confesó abiertamente que yo le atraía. De inmediato, respondí que tenía una pareja y que la respetaba demasiado. Para mi mala suerte, Julieta leyó esa conversación y se le metió en la cabeza que yo le había sido infiel.

Han pasado 6 meses desde ese incidente y mi chica me ha terminado más de una docena de veces. Incluso, me ha botado de la casa más de 4 veces y he tenido que irme a hoteles para que mis papás no se alarmen. Esta situación se está volviendo insostenible. Amo tanto a mi pareja que hasta le he rogado para ir a terapia, pero se resiste. No sé en qué momento nuestra relación se volvió tan tóxica. Me termina y, si no la busco, luego me ruega para volver con ella; estamos súper bien, pero si recuerda algo, se pone como una fiera.

Doctora Moro, me estoy volviendo loco, ¿qué me aconseja?

Ojo al consejo

Querido Pepe, tienes que sincerarte con Julieta y decirle que tu paciencia se está agotando. Insístele con el tema de la terapia de pareja, pero si ves que no tiene el mínimo interés, entonces tienes que evaluar si seguir ahí.

La confianza es un pilar importante en toda relación; si la han perdido, es momento de elegir lo que te haga bien. No mereces esos tratos. Suerte.