Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Jaime, de 42 años, que nos escribe desde Magdalena del Mar.
Magaly Moro
magalymoro@prensmart.pe
Jaime (42 años, Surquillo). Doctora Magaly Moro, hace dos meses todo era color de rosas en mi matrimonio: el desayuno y el café juntos, el saludo al volver a casa. Pero desde hace un par de semanas, mi esposa María desapareció... y ya sé por qué.
Resulta que María pasa horas interminables conversando con el vecino del frente, don Jorge, el señor quince años mayor que yo, con cara de buen tipo y gafas de lectura. Al principio pensé que se trataba de un momento de camaradería: un hola por la reja, un par de frases sobre el clima, nada fuera de lo común.
Pero de pronto, empezó a contarme que el “cafecito en la reja” se alargaba, y lo que pasaba al mediodía se convertía en charlas por la tarde y ya no volvía. Me dejaba mensajes como “Ya llego en un rato”, y seguía contándome que se quedó “platicando con don Jorge sobre fútbol, los nietos e historias de juventud”.
Hasta me contó que el señor le enseñó a hacer pisco sour perfecto –y ahí ya sentí el golpe–. Lo peor vino cuando los vi paseando juntos por la cuadra, con risas cómplices.
María ahora ya no me habla igual. Se ríe de historias que no entiendo, y cuando le pregunto por qué se va a casa de don Jorge me dice: “es solo un café, mi amor, no es nada”. Siento que me estoy viendo en un espejo que ya no genera reflejo.
¿La verdad? Me duele pensar que mi esposa me dejó por el vecino. Ya no sé si me dejó porque encontró su “confidente” al otro lado de la reja o porque encontró algo que yo ya no le daba. Doctora ¿qué puedo hacer?
Mi esposa pasa mucho tiempo con el vecino
OJO AL CONSEJO
Querido Jaime, lo que cuentas refleja más que una simple cercanía vecinal: habla de un vacío en la conexión con tu esposa. Es natural que te sientas herido, pero lo más importante ahora es no quedarte callado. Evita las acusaciones, porque eso solo creará más distancia; en su lugar, abre un diálogo sincero con María: dile que la extrañas, que te duele lo que pasa y que quieres recuperar lo suyo. Suerte.