Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Rafael, de 44 años, que nos escribe desde Salamanca.

Señora Moro, no quiero que piense que soy un mezquino, pero me preocupa lo que estoy viviendo. Algo dentro de mí me dice que mi esposa me está mintiendo y no está usando el dinero que le doy para las compras de la casa. Esther siempre ha sido muy organizada con la alacena, pero últimamente nunca hay nada de comer. No hay verduras, frutas, ni siquiera lo básico. Nuestra refrigeradora está calata, a pesar de que el presupuesto familiar ha aumentado.

Cuando intento hablar del tema, mi pareja me acusa de inconsciente. Me dice que, como soy hombre, no tengo idea de cuánto han subido los precios. Por eso, yo le doy el dinero sin titubear, porque entiendo que la vida está cara. Sin embargo, cada vez que abro la cocina, me encuentro con lo mismo: estantes vacíos, y eso ya me parece el colmo.

Lo que me incomoda es que, a pesar de la supuesta escasez, ella siempre está arreglada: uñas bien hechas, cabello recién pintado, pestañas nuevas y ropa distinta. No me molesta que se arregle, al contrario, se ve muy guapa y me encanta. Lo que no tolero es que lo haga a costa del bienestar de nuestros hijos, porque es evidente que el dinero que le doy no se está invirtiendo en la comida como debería.

No sé cómo tocar el tema sin que se ofenda. Siempre termina haciéndome sentir culpable o me cambia la conversación. Yo no quiero pelear, solo entender qué está pasando y asegurarme de que nuestros hijos estén bien alimentados. Por favor, aconséjeme, señora Moro. No quiero pensar mal, pero ya no sé qué más hacer.

CONSEJO

Estimado Rafael, es muy importante que hables con claridad y sin acusar a tu pareja para evitar peleas. Intenta comenzar la conversación con calma, preguntándole cómo maneja el dinero y mostrando interés sin juzgar. También pueden establecer juntos un presupuesto para las compras y revisar recibos o listas con regularidad. Esto ayudará a aclarar dudas y evitará malentendidos.