Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Daniela, de 29 años de La Molina.

Doctora Magaly, estoy empezando a sentir que mi esposo solo me quiere cuando hay una promoción de por medio.

Llevamos tres años de casados y, desde el comienzo, él siempre ha sido una persona bastante ahorradora. Al inicio, esa actitud me pareció admirable. Pensé que era alguien responsable con el dinero, que sabía planificarse. Pero con el tiempo, eso que valoré se ha ido convirtiendo en una fuente constante de frustración. Cada vez que quiero salir a cenar a algún lugar bonito o comprar algo que simplemente me gusta, él revisa si hay alguna promoción, cupón o descuento. Si no lo hay, la respuesta automática es que no. Me dice que es muy caro, que no vale la pena o que podemos “esperar a que baje”.No se trata de querer despilfarrar ni de vivir por encima de nuestras posibilidades.

Yo trabajo, aporto a la casa y también tengo mis metas financieras. Pero a veces, solo quiero que nos demos un gusto. Nada extravagante, solo la libertad de ir a un restaurante lindo sin revisar si hay 2x1, o de comprarme una blusa sin tener que esperar al Black Friday.

Lo más frustrante es que si él encuentra una oferta, ahí sí se emociona, me invita y todo parece perfecto. Como si todo, incluso su cariño, pasara primero por el filtro de cuánto cuesta. Me duele sentir que el disfrute en pareja está condicionado a una rebaja. ¿Estoy siendo caprichosa? ¿O realmente esta manera de vivir no es sana?

CONSEJO

Querida Daniela, ahorrar es valioso, pero cuando cada momento en pareja depende de una promoción, deja de ser disfrute y se vuelve limitante. No estás exagerando: mereces compartir experiencias sin sentir que todo debe estar en oferta. Conversa con tu pareja desde lo emocional, exprésale cómo te hace sentir. Suerte.