Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Magaly, de 41 años, que nos escribe desde Surco.
Doctora Moro, tengo un año de casada y pensé que viviría un sueño, pero todo se está tornando una pesadilla. Jairo y yo contrajimos nupcias luego de ocho años de relación. En realidad, yo le puse un ultimátum, ya estaba llegando a los 40 y seguíamos con una relación de enamoraditos. Por fin, mi pareja me propuso casarnos, y después de unos lindos meses de convivencia, mi esposo ha empezado a compararme demasiado con su madre.
En las mañanas, siempre critica lo que preparo de desayuno. “Mi mamá hace una avena deliciosa, deberías decirle que te pase su receta”, me ha dicho en más de una ocasión. Cada vez que preparo el almuerzo, me pide que me organice mejor, porque su mamá siempre tenía la mesa lista antes de la una, y yo a veces cocino un poco tarde y almorzamos a las dos. Juzga la forma en que lavo, ordeno y hasta cómo me visto. “Mi madrecita siempre andaba bien arregladita, así estuviera en la casa”.
Yo respeto mucho a mi suegra, ella es linda y nunca me ha causado problemas, pero ya no sé qué hacer. Tengo miedo de hablar con Jairo porque no quiero que se lo tome a mal. Doctora, estoy aburrida. Me esfuerzo por ser buena esposa y no sé cómo poner un límite.
Quiero que esto cambie, que mi marido me valore por lo que soy y que deje de compararme con su mami. No sé cómo manejar esta situación y necesito ayuda para que mi matrimonio no se siga deteriorando.
CONSEJO
Estimada Magaly, es importante que pongas límites sanos sin sentir culpa. Habla con tu esposo desde el “yo siento”, sin atacar ni culpar. Expresa cómo te afectan las comparaciones y qué necesitas de él para sentirte valorada. Una relación sana no se construye desde la imitación, sino desde el respeto por las diferencias y el reconocimiento mutuo. Mucha suerte.