Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Sofía, de 29 años, que nos escribe desde San Isidro.

Doctora Magaly, cada vez que discutimos con mi esposo, Martín, parece que revive errores antiguos, como si nada hubiera cambiado desde entonces. Cualquier desacuerdo se transforma en un repaso de lo que hice o dije hace años. Me siento agotada y atrapada, y aunque intento explicarle que ya no tiene sentido revivirlo, vuelve a aparecer en los momentos más inesperados.

Antes podíamos hablar de nuestros días, de planes o de cosas que nos hacían reír, ahora siempre termina siendo un juicio sobre lo que pasó. Me hace sentir que no puedo avanzar ni disfrutar el presente, como si mis esfuerzos actuales fueran invisibles frente a su memoria del pasado.

He intentado ignorarlo o defenderme, pero eso solo aumenta la tensión. A veces me guardo mi opinión o evito compartir cosas que podrían generar una nueva discusión sobre viejos problemas. Me preocupa que la relación quede atrapada en un ciclo de reproches que nunca terminan y que nuestra vida juntos se vuelva pesada.

Quisiera que podamos centrarnos en lo que queremos ahora, en lo que nos hace felices y en cómo mejorar juntos. Extraño sentirnos ligeros y conectados, sin que cada palabra o acción sea comparada con errores de hace años. Me gustaría recuperar un poco de alegría y confianza en nuestro día a día.

CONSEJO

Sofía, cuéntale a Martín que cada vez que revive el pasado te sientes agotada y acuerden una palabra o gesto que detenga esos momentos. Prueben dedicar unos minutos al día solo para escucharse sin interrumpir ni reprochar; así pueden hablar de lo que pasa ahora, compartir ideas o planes y evitar que las viejas discusiones se metan en cada conversación.