Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Felipe, de 47 años, que nos escribe desde San Juan de Miraflores.
Señora Moro, mi mujer se ha obsesionado con la limpieza y, sinceramente, ya no sé cómo aguantarla. Todo comenzó cuando se reencontró con una amiga del colegio. Desde que me habló de ella, algo me olió raro. Es como si quisiera competir con esa señora. Según mi esposa, esta amiga tiene una buena posición económica, vive en una casa impecable y siempre está bien arreglada. Desde ese momento, siento que Lucy quiere convertirse en una copia de ella.
Mi pareja siempre fue ordenada, pero ahora se le ha ido la mano. Me tiene loco con tanto desinfectante, trapos especiales y rutinas nuevas de limpieza. Antes veíamos películas comiendo en la cama, ahora eso está prohibido porque “se ensucia todo”. Cambió la vajilla por una que ni siquiera deja que toquemos mucho. Hasta reemplazó las cortinas y toda la ropa de cama por colores blancos, como si viviéramos en una clínica.
Ya ni podemos relajarnos, todo gira en torno a que nada se manche o se vea fuera de lugar. Yo valoro que tengamos una casa bonita, pero esto se ha convertido en una obsesión.
No sé cómo hacerle entender que esto nos está alejando. Quiero recuperar a mi esposa, no a una gerente de la limpieza y el orden. Extraño nuestra complicidad, nuestra casa cálida, no un museo. ¿Cómo manejo esta situación sin que ella sienta que estoy en su contra?
CONSEJO
Querido Felipe, entendemos tu frustración. Habla con tu esposa desde el corazón. Dile cómo te sientes, no lo que ella hace mal. Plantéale momentos juntos sin tanta presión por el orden. A veces, detrás de esa obsesión hay ansiedad o inseguridad. Si la cosa no mejora, considera una ayuda profesional. Tu bienestar también importa.