Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Camilo, de 38 años, que nos escribe desde Surco.

Camilo (38, Surco). Doctora Moro, me siento muy preocupado por la salud mental de mi pareja y, debo confesarlo también, por su apariencia física. Justo ahora que ha salido a relucir el caso de Flavia Laos, quien al parecer está abusando de los tratamientos estéticos, lo mismo está ocurriendo con mi novia. Ana es joven, apenas tiene 31 años, pero se ha obsesionado con el tema de la edad y quiere lucir una piel perfecta a toda costa.

Mi pareja no piensa en el futuro, no ahorra ni prioriza temas importantes; casi todo su sueldo lo destina a colocarse bótox, ácido hialurónico y otros procedimientos que están de moda, sobre todo entre chicas. Aunque sigue siendo muy guapa, la siento distinta a la mujer que conocí. Por ejemplo, antes tenía los labios delgados, y ahora parece que tuviera dos chorizos en lugar de boca.

Con usted me sincero, doctora. Yo jamás le digo nada ofensivo, pero las pocas veces que he tratado de hacerle ver que podría estar exagerando con los retoques, se molesta demasiado. Me dice que no es mi dinero, que seguro a otras mujeres todas inyectadas en Instagram sí les doy “like”, que esas sí me gustan.

No sé cómo hacerla entrar en razón. Tengo la sospecha de que, si sigue así, todo esto podría terminar mal. Me duele verla tan enfocada en lo superficial, como si la vida fuera solo apariencia. Yo la amo, pero ya no sé cómo acompañarla sin que se sienta atacada. ¿Qué me aconseja?

CONSEJO

Estimado Camilo, habla con Ana con calma, sin criticar. Dile que te preocupa verla tan enfocada en su apariencia, no porque no te guste, sino porque sientes que está descuidando otras cosas importantes. Muéstrale que la amas tal como es, y que lo que más te importa es su bienestar, no que tenga una cara “perfecta”. Escúchala también, sin juzgar. Suerte.