Magaly Moro

Magaly Moro

Alberto (27 años, Santa Anita). Doctora Magaly Moro, estoy realmente fastidiado con Kelly, mi enamorada.

Ella es una mujer rellenita, debido a que adora la comida. Siempre tiene un antojito diferente; si no es cebiche, es caldo de gallina, alfajor o mazamorra morada. A mí me encantaba eso de ella, porque siento que la hace ver más tierna, es como una niña. Sin embargo, llegó un momento en que me di cuenta de que por tantas saliditas a restaurantes yo estaba subiendo de peso y ya me empezó a disgustar ese afán de ella por comer todo el tiempo.

Sé que un par de kilitos no es el fin del mundo, pero yo desde que soy adolescente me he preocupado mucho por mantener mi peso, porque sé lo difícil que es bajar, ya lo he pasado cuando tuve 14 años. Recuerdo que a esa edad subí 18 kilos y era el gordito del salón, la burla. Desde entonces, me he cuidado y he comido sanamente, pero con Kelly no puedo. Ella está alterando mi rutina saludable.

He intentado explicarle que por favor cambiemos de lugares y que evitemos los locales de comida rápida, pero parece no entender, e incluso ha optado por traerme en cada encuentro que tenemos un chocolatito o un postrecito y me da pena rechazarle.

Doctora Magaly, siento que no me apoya, solo se preocupa por comer rico y no le importa cómo me pueda sentir.

Soy consciente de que no le puedo negar que coma lo que quiere, pero también lo hago por su salud, cada vez la veo más subida de peso y eso me preocupa. ¿Cómo hago para que entienda, doctora?

Ojo al consejo

Alberto, el comer saludable es fundamental para prolongar los años de vida y quizás eso no lo tiene claro Kelly, tu enamorada. Intenta en una conversación resaltar las ventajas de comer saludable. Asimismo, coméntale cuál es tu preocupación para que ella pueda entender la magnitud del asunto. Tampoco se trata de olvidarse de las grasas, sino saber equilibrarlas.