Magaly Moro

Magaly Moro

Alberto (35 años, Lurín). Doctora Moro, le escribo con el objetivo de que su consejo me ayude a continuar con mis sueños y con mi relación.

Le cuento lo que pasa. Hace seis meses decidí que quería ser fisicoculturista. Vi en YouTube cómo se moldean los músculos, lo beneficioso que puede resultar para la salud y que existen concursos en donde se pueden ganar premios si es que se obtiene el primer puesto. Todo eso me llamó la atención, investigué un poco más y decidí que quería dedicarme a este deporte.

Sin embargo, la noticia no fue del agrado de Marleny, mi novia, quien me dijo que no estaba de acuerdo y que no quería estar con un chico al que se le vieran los músculos de una forma tan llamativa. Le expliqué las ventajas de este deporte, pero siguió firme en su opinión.

Yo decidí no hacerle caso y hace tres meses, a espaldas de ella, me inscribí en un gimnasio con el fin de ganar musculatura.

Como era de esperarse, los resultados de mi entrenamiento ya se han hecho visibles. Esto lo ha notado Marleny. El último sábado, ella me encaró y me exigió que le diga si es que he estado haciendo ejercicios con el fin de convertirme en fisicoculturista. Yo le confesé que he estado yendo al gimnasio porque quiero cumplir mi sueño. Al escucharme, ella se enojó muchísimo y me puso un ultimátum. Si sigo con mi idea del fisicoculturismo, ella termina nuestra relación.

Ahora no sé qué hacer, señora Magaly. La amo, pero tampoco quiero abandonar mi anhelo. Ayúdeme.

Ojo al consejo

Estimado Alberto, no debiste mentirle a Marleny. Lo básico de toda relación es la confianza. Habla nuevamente con ella y hazle ver que no es justo que te corte las alas. Tienes derecho a cumplir tus sueños. Si realmente te ama, no le importará tu nueva apariencia. El amor va más allá de eso. Con una comunicación asertiva se entenderán. Mucha suerte.