Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Arturo, de 43 años, que vive en Surquillo:

Estoy muy preocupado, doctora. Le agradecería mucho que atendiera mi caso pronto. Mi esposa de 40 años está embarazada, ella está feliz con el bebé en camino. Yo sonrío por fuera, pero en el interior estoy muy aterrado.

Mi mujer, Miriam, me sorprendió con la noticia de que estaba en cinta. Lo primero que sentí fue mucha alegría porque ambos queríamos ser padres desde hace un buen tiempo. Pero, luego de ver todo el trabajo que implica, siento que ya no tengo edad para tan dura labor.

Las trasnochadas, cambiar pañales, criar al pequeño. Antes me emocionaba mucho poder sostener a mi bebé en brazos, pero ahora ya no estoy tan seguro. He empezado a ver mi paternidad como una carga y un estrés. Me asusta pensar así.

Además, siento mucha preocupación porque mi hijo o hija crecerá y no gozará de padres con mucha energía que jueguen con él. Me arrepiento de no haber tenido a esta criatura antes.

Siento una gran tristeza porque no seré el padre que quería ser. Tengo muchos sentimientos encontrados. Incluso creo que hemos sido egoístas al darle vida porque con lo caras que están las cosas ahora no quisiera que le tocara vivir en un contexto económico difícil allá en el futuro.

Miriam no sabe que pienso y siento todo esto. He preferido no decirle nada porque es muy sensible y no quiero perturbar su embarazo, pero de veras necesito un consejo. ¿Qué puedo hacer?

CONSEJO

Estimado Arturo, la llegada de un bebé a la familia siempre parecerá un reto. Serás un gran padre si le das a tu hijo el cariño y paciencia que requiere. Nada cansa o estresa cuando hay amor de por medio. No tengas más temores y concéntrate en entregar lo mejor de ti en esta nueva etapa. Recuerda que no estás solo, tienes a Miriam contigo. Ánimos.

ESCRÍBEME TU CASO A

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