Casos del corazón.
Casos del corazón.

Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Priscila, de 35 años, quien vive en el distrito de La Victoria:

Doctora Magaly, estoy teniendo una crisis en mi matrimonio por un asunto banal, pero que nos está llevando a discutir de forma seguida.

Estoy casada con Miguel desde hace cinco años y, en el tiempo que llevamos conviviendo, hemos sabido manejar los conflictos. Somos dialogantes y tratamos de buscar una solución que nos beneficie a ambos.

Sin embargo, desde hace unos meses lidiamos con un problema que nos lleva a pelear fuertemente y a dejarnos de hablar, incluso hasta el día siguiente.

Sucede que a mi esposo le gusta ver las series y películas una y otra vez. Ha visto Drake & Josh, Stranger Things, Yu-Gi-Oh!, La Casa de Papel, Harry Potter... un sinfín de veces, tanto así que hasta los diálogos se sabe.

Nunca fue una molestia que lo haga, pues aprovechaba cuando cocinaba o limpiaba para verlas desde su celular, pero hace dos meses empezó a ponerlas de noche en el televisor del dormitorio y ya no lo soporto.

Es que, doctora, soy de las personas que le basta con ver una sola vez una serie. Eso de estar repitiendo no me gusta, por eso le he pedido que ponga otra cosa o que use el otro televisor, pero solo se enoja y me dice que yo me vaya.

Empezamos a discutir y, al final, terminamos sin hablarnos. Siento que estamos desgastando la relación por este tema, que considero superficial, pero tampoco aguanto estar viendo las mismas series muchas veces. ¿Qué puedo hacer, doctora?

Estimada Priscila, entiendo que pueda generarte molestia hacer una actividad que te disgusta, pero creo que podrían encontrar un equilibrio entre tú y tu esposo Miguel. Aunque es un tema banal, el hecho de que esté afectando su relación requiere que dialoguen. Aprovechen algún buen momento, conversen y lleguen a un acuerdo. Ambos deben ceder.

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