Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Thalía, de 45 años, que vive en Chiclayo, Perú.

Thalía (45 años, Carabayllo). Doctora, Magaly, un gusto escribirle. En esta semana vi cómo el exesposo de Keiko Fujimori, Mark Vito, se presentó al juicio que está enfrentando de la mano con una veinteañera que podría ser su hija. Este hecho me animó a contarle mi historia.

Resulta que después de 20 años de casados, Gerardo y yo decidimos divorciarnos. Yo ya le había dado muchas advertencias, porque lo veía desconectado de la relación y ya no era el compañero con el que me veía para envejecer.

Grande fue mi sorpresa cuando le propuse separarnos y lo aceptó instantáneamente. Con gran dolor comprendí que nuestro amor había muerto.

A fines de junio nos juntamos para firmar el divorcio en una notaría y volverlo a ver fue una gran decepción para mí. Mi exmarido asistió, al igual de Mark Vito, con una “mocosa” que estoy segura que no sabe nada de la vida.

Mi ex quizá pensó que me generaría celos, pero, doctorcita, créame que lo que provocó en mí fue risa y hasta pena de cómo mi expareja de 51 años hacía el ridículo llevando a su nueva conquista que es prácticamente una niña. No había necesidad.

El problema es que mis hijos, que tienen casi la edad de la nueva pareja de su padre, están preocupados porque temen que solo se aproveche de él. Me piden que vuelva con su padre, pero yo no tengo intenciones de hacerlo y menos aún con todo ese show que me montó en la notaría. ¿Cómo puedo abordar este tema con mis hijos? Ayúdeme, doctora.

OJO AL CONSEJO:

Querida Thalía, siéntate con tus hijos y explícales tu perspectiva de manera calmada, enfatizando que tu decisión de divorciarte fue cuidadosamente considerada y no tomada a la ligera. También recuérdales que la nueva relación de su padre es su elección, incluso, si parece equivocada, y que deben apoyarlo mientras perdure. Reafírmales que siempre tendrán el amor de papá y mamá. Suerte.