Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Lucas, de 34 años, de Independencia:

Estimada doctora Magaly, me gustaría compartir con usted mi historia con la esperanza de encontrar claridad. Me casé muy joven con Valeria, quien ha sido el amor de mi vida. Desde el inicio, fue la mujer más increíble que conocí, y aunque hemos disfrutado de momentos felices, también hemos enfrentado nuestras diferencias. Nos casamos cuando apenas teníamos veinte años, llenos de amor pero también de inmadurez, lo que ha llevado a discusiones a lo largo de nuestra relación.

Nuestras peleas suelen comenzar por asuntos cotidianos, pero rápidamente se convierten en recriminaciones sobre errores pasados, enredando la situación hasta que resulta insostenible. Para mí era fundamental que ella comprendiera mi punto de vista y anhelaba que fuera ella quien diera el primer paso para pedir disculpas. Sin embargo, el orgullo se ha convertido en una barrera que nos separa.

Una noche, tras una intensa discusión, decidí ir a casa de mis padres para darnos un espacio y reflexionar. Sentía que no podíamos seguir en el mismo lugar y, poco después, Valeria me confesó que pensaba lo mismo. Ni siquiera nos despedimos. Ella era consciente de que parte del conflicto era su responsabilidad, pero eso no la llevó a cambiar de decisión, y yo tampoco. Ambos estamos atrapados en nuestro orgullo.

Me fui de casa con una profunda tristeza que aún persiste. Sé que ella también está sufriendo; su mejor amiga me lo ha confirmado. Sin embargo, este orgullo maldito nos impide avanzar. ¿Qué debo hacer, doctora?

CONSEJO

Estimado Lucas, reflexiona sobre tus sentimientos y busca abrir la comunicación con Valeria. Evita reproches y usa un lenguaje que exprese tus emociones. Practica la empatía, poniéndote en su lugar. Reconoce el orgullo que interfiere en su relación y crea un ambiente seguro para hablar. Recuerda los momentos felices pueden sanar y fortalecer su vínculo.