Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Valeria de 38 años, de Ventanilla:

Doctora Magaly, me siento muy molesta con mi novio, Pedro, por algo que aunque suene insignificante, me está afectando mucho. Le cuento, hace unas semanas descubrí que estoy embarazada de cuatro semanas. Como es normal, tengo ciertos antojos, y uno de los más fuertes es el pollo a la brasa. Cada vez que se me ocurre, le pido a mi pareja que lo compre, y él siempre accede con gusto, siendo muy atento y cariñoso conmigo.

El problema comenzó hace unos días, un viernes por la noche, cuando el antojo de pollo a la brasa se volvió irresistible. Lo llamé para pedirle que me trajera el plato, asegurándole que no podía esperar más. Él me prometió que no se demoraría mucho, que al salir del trabajo iría directo a comprarlo. Sin embargo, la espera se hizo eterna. Pasaron casi cuatro horas desde mi llamada, y Pedro no llegaba. Me preocupé un poco, pero al intentar llamarlo varias veces, su celular estaba apagado.

Finalmente, cuando llegó a casa, me dio una explicación que no podía creer. Me dijo que, al salir del trabajo, se encontró con su mejor amigo, se pusieron a charlar y decidieron irse a tomar algo. El tiempo pasó volando, y cuando recordó lo del pollo, ya era tarde para volver a comprarlo. “Se me olvidó por completo, amor”, me dijo, como si eso fuera suficiente para calmar mi molestia.

Desde esa noche, no he podido quitarme la rabia. A pesar de sus intentos de disculparse y de hacer las paces. Quiero castigarlo por lo que hizo. ¿Cree que esté bien mi actitud?

CONSEJO

Estimada Valeria, entiendo tu molestia, pero creo que es importante ser un poco más comprensiva. A veces las situaciones se salen de control sin intención. Tu novio no lo hizo a propósito y se dejó llevar por el momento con su amigo. El embarazo y los antojos pueden hacer que las emociones estén a flor de piel, pero esto no es algo grave. Hablen con calma y traten de encontrar un equilibrio.