Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Ricardo, de 57 años, que vive en San Miguel:
Señora Magaly, estoy preocupado por la emoción de mi esposa con estas fiestas de fin de año. Siento que está muy entusiasmada, pero no en el buen sentido, sino que está llevando esta celebración hacia un extremo preocupante.
Maritza siempre se ha caracterizado por ponerle mucho empeño a las fechas especiales como los cumpleaños de nuestros hijos y los aniversarios. Todo con ella es una maravilla porque disfruta engriéndonos como familia. Sin embargo, este año me parece que ha exagerado un poco con la Navidad.
El día de ayer llegó a la casa con una enorme bolsa de mercado con polos personalizados, pantuflas, manteles y servilletas navideñas. Ni el perro se ha salvado de Mari, doctora. Nos ha pedido usar estas prendas navideñas para prepararnos en familia, pero ya es demasiado.
En toda la casa se ha esmerado colocando decoraciones. Incluso el papel higiénico dice “Merry Christmas” y cosas así. En casa nos sentimos abrumados por su comportamiento. No sé si mis hijos y yo nos hemos vuelto como el “Grinch”. Solo quisiera esperar la Navidad como todos los años, viendo películas y comiendo un simple panetón.
Antes de que este problema nos arruine una fecha tan bonita para la familia quisiera pedirle a Mari que lo tome con más calma. ¿Qué podría aconsejarme?
CONSEJO
Estimado Ricardo, para algunas personas la euforia por las fiestas es muy grande. Podrían intentar participar con ella en estas fechas si realmente le hace mucha ilusión. Por el contrario, si Mari quiere forzarlos a comportarse como ella quiere, habla con ella sin atacar su esfuerzo por una Navidad familiar. Pídele tranquilidad. Muchos ánimos.
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