Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Stephanie, de 31 años, quien vive en el distrito de Miraflores.

Doctora Magaly, tengo una gran necesidad de contarle lo que me ha estado pasando, ya que estoy completamente confundida y no sé qué hacer. Tengo una relación de 8 meses con Andrés, un chico de mi edad que conocí en una fiesta de amigos. Todo iba muy bien, pero hace dos semanas descubrí algo que me dejó devastada.

Una noche, mientras veíamos una película, Andrés dejó su WhatsApp abierto en la laptop. Al ir al baño, llegó un mensaje de Lucía, una amiga de su universidad. Decía algo que me sorprendió muchísimo, era muy subido de tono y muy diferente a lo que Andrés siempre me había hablado sobre ella, que eran como hermanos. No pude evitar curiosear más y leí los otros mensajes, que seguían con el mismo tono, aunque más insinuantes y coquetos.

Lo que más me sorprendió fue darme cuenta que estos intercambios de mensajes empezaron hace más de 6 meses, es decir, cuando ya estábamos juntos, y Lucía sabía perfectamente que teníamos una relación. Me sentí completamente traicionada.

Cuando le reclamé, Andrés me increpó que eso no contaba como infidelidad porque nunca hubo contacto físico, solo fueron mensajes. Pero yo no sé si lo que hice al reclamarle está bien. Aunque lo quiero mucho, no sé si debo seguir en la relación. ¿Estoy exagerando?

CONSEJO

Estimada Stephanie, entiendo que a veces las emociones nos pueden nublar el juicio, pero es fundamental que pongas en perspectiva el respeto hacia tu pareja y la relación que tienes. Los mensajes inapropiados, aunque no sean físicos, pueden ser considerados una forma de infidelidad emocional. Es hora de reflexionar sobre lo que realmente quieres.