Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Renata de 31 años, de Villa María del Triunfo:
Renata (31 años, Villa María del Triunfo). Doctora Magaly, he estado leyendo varios casos que usted ha tratado y siento que sus consejos son sabios y precisos. Por eso, quiero compartir con usted lo que me está sucediendo y pedirle su orientación.
Tengo una relación de tres años con Diego, a quien conocí en la universidad. Fuimos amigos durante cuatro años hasta que decidimos ser pareja. Durante todo este tiempo, nuestra relación ha sido hermosa, llena de cariño y respeto. Diego siempre fue un hombre muy amoroso, atento y sincero, y en muchas ocasiones fue mi confidente y consejero. Pensaba que con el paso del tiempo, nuestro amor se fortalecía cada día más y que nuestra confianza mutua era inquebrantable.
Sin embargo, hace unos meses empecé a notar algo extraño. Diego dejó de decirme “te amo”, una frase que siempre me decía todos los días, ya sea en persona o por mensaje. En su lugar, comenzó a decirme “te quiero”. Esto me alarmó mucho, pues nunca había pasado antes.
Después de un tiempo, le pregunté directamente qué había sucedido, a lo que él me respondió que no se había dado cuenta. Me dijo que tal vez era el estrés por problemas laborales y familiares lo que lo había afectado. Señora Moro, no sé qué pensar. Es cierto que Diego ha atravesado situaciones difíciles, pero me pregunto si eso justifica que deje de expresar lo que siempre ha sido tan importante para nosotros. ¿Es este un cambio normal o estoy exagerando?
CONSEJO
Estimada Renata, entiendo tu preocupación, pero es importante ser comprensiva. A veces, las dificultades personales, como el estrés laboral o familiar, pueden afectar nuestra manera de expresarnos. No siempre tiene que ver con el amor, sino con cómo lidiamos con esas tensiones. Habla con Diego abiertamente, sin presionarlo, para entender mejor su situación.