Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Cristina, de 28 años, que vive en Magdalena:

Doctora Magaly, quiero agradecer que, entre los cientos de cartas que recibe a diario, se haya tomado la molestia de leer la mía. Necesito que me dé un consejo que me ayude a ordenar mi vida sentimental. Le cuento, hace ocho meses conocí a Ricardo, un compañero de trabajo. Desde que lo vi la primera vez, me llamó la atención. Su porte, su físico y su mirada penetrante me cautivaron. Ricardo era nuevo en la oficina y parecía tímido, después de que lo traté descubrí que era bastante lanzado.

La atracción con Ricardo fue mutua desde el primer día.

Debo confesar que fui yo quien dio el primer paso para buscarle la conversación. Al mes de conocernos me invitó a salir. Yo acepté encantada. Fuimos a cenar y luego a bailar a una discoteca. Los tragos iban y venían y esa noche nos dimos nuestro primer beso. Fue maravilloso, doctora Moro. Ricardo besaba delicioso y yo me sentía en las nubes en sus brazos.

Después de esa noche, seguimos saliendo. Ricardo me gustaba más y más, así que no tardé en entregarme completamente a sus brazos. Estaba segura de que él era el amor de mi vida. Así pasaron los meses, entre almuerzos, salidas al cine y noches de pasión.

Pero hace una semana descubrí que Ricardo tiene una enamorada desde hace un año. Fue como un balde de agua fría. Sin saberlo, doctora, yo me había convertido en la amante. Estoy furiosa y decepcionada. No sé qué hacer. Lo peor, doctora, es que trabajamos juntos y así termine con él, lo tendré que ver siempre en la oficina. ¿Qué hago?

CONSEJO

Querida Cristina, entiendo la desilusión por la que estás pasando. Pensabas que Ricardo era el amor de tu vida y descubriste que solo jugaba contigo. Debes armarte de valor y pedirle una explicación de por qué te mintió por tanto tiempo. Después, debes romper toda relación con él. Aunque lo tendrás que ver en el trabajo, procura tener el menor trato con él. Será lo mejor. Suerte.

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